Nicolás Maduro Moros
Perfil del Presidente de la República Bolivariana de Venezuela.
El hoy Presidente Constitucionalmente electo de la República Bolivariana
de Venezuela, es un revolucionario socialista que modificó su formación
original para sumarse al huracán de la Revolución Bolivariana. Es un hombre
de izquierda que llegó al poder sin abandonar sus principios. Un fiel colaborador
de Hugo Chávez que hoy está al frente de uno de los procesos de transformación
más profundos de Latinoamérica.
Nicolás Maduro formó parte de la Asamblea Nacional Constituyente de 1999
que redactó la nueva Constitución de la República Bolivariana de Venezuela,
aprobada por voluntad popular, durante la gestión del Comandante Presidente
Hugo Chávez. Un año después fue electo diputado a la Asamblea Nacional.
En enero de 2006 fue nombrado presidente del Poder Legislativo y pocos
meses después renunció para ser Ministro de Relaciones Exteriores.
Como Canciller fue actor central en la apuesta por construir un mundo
multipolar, impulsar la integración latinoamericana y construir la paz.
De allí pasó a ser Vicepresidente y luego del sensible fallecimiento del
Presidente Chávez fue nombrado Presidente Encargado.
Maduro ahora es el primer Presidente Obrero y Chavista. Forma parte de
la nueva generación de mandatarios latinoamericanos que, como el obrero
metalúrgico Luiz Inácio Lula da Silva o el sindicalista Evo Morales, quienes
incursionaron en la política desde las trincheras de las luchas sociales
de oposición.
La política le viene en la sangre, la respiró desde sus primeros días.
Nació en 1962 en la ciudad de Caracas, en el seno de una familia muy comprometida
con la acción colectiva pública. Su papá fue fundador del partido socialdemócrata
Acción Democrática (AD) y organizador de una fracasada huelga petrolera
contra la dictadura en 1952, que lo obligó a huir y esconderse.
En 1967 Maduro asistió con sus padres a los mítines del Movimiento Electoral
del Pueblo, escisión de izquierda de AD, y un año más tarde a los masivos
y populares actos de apoyo a la candidatura de Luis Beltrán Prieto Figueroa.
En esa campaña Maduro conoció el mundo de la pobreza, de las casas de cartón.
Y, por primera vez, habló en público, cuando su padre lo puso sobre el
techo de un automóvil con un micrófono.
No obstante, a pesar de la influencia paterna, desde muy pequeño tuvo
opiniones políticas propias. En cuarto año de primaria defendió la revolución
cubana de las críticas de las monjas que enseñaban en su escuela. Como
sanción fue expulsado del salón de clases durante tres días y condenado
a purgar su castigo en la biblioteca, en realidad un premio para un muchacho
inquieto que devoraba cuanto libro tuviera enfrente.
Lejos de curarse con el paso del tiempo, su precocidad política aumentó.
De 12 años de edad y siendo estudiante del Liceo, comenzó a militar a escondidas
de sus padres en el movimiento Ruptura, estructura abierta del proyecto
revolucionario de Douglas Bravo. La efervescencia juvenil era el signo
de la época. A partir de entonces participó ininterrumpidamente en luchas
barriales, en la formación de cineclubes, en movimientos sindicales y en
conspiraciones populares armadas.
Bajista del grupo de rock Enigma, vio cómo muchos jóvenes de su generación
en los barrios se engancharon en el mundo del dinero fácil, de la cultura
de las drogas, se volvieron adictos y fueron asesinados en las guerras
de bandas. La experiencia lo marcó de por vida.
Nicolás Maduro participó en movimientos populares, esa fue su universidad.
Como muchos otros integrantes de su generación, su formación intelectual
está directamente asociada a su involucramiento en la lucha revolucionaria
y de masas. Estudió a los clásicos del marxismo y analizó e interpretó
la realidad venezolana a la luz de sus enseñanzas. Dotado de una extraordinaria
capacidad de aprendizaje, ha sido simultáneamente autodidacta y dirigente
instruido por años de participación política organizada.
Participó en la Organización de Revolucionarios y en su expresión abierta,
la Liga Socialista, agrupación revolucionaria marxista, nacida de un desprendimiento
del Movimiento de Izquierda Revolucionaria. Su fundador, Jorge Rodríguez,
fue asesinado por los servicios de inteligencia en 1976. Maduro se destacó
allí como brillante organizador y agitador político de masas.
En 1991 entró a trabajar en el Metro de Caracas. Echa¬do para adelante,
afable, comprometido con los intereses de los trabajadores, carismático,
fue elegido por sus compañeros como su representante gremial. Su vocación
por un sindicalismo democrático y de clase provocó que con frecuencia fuera
sancionado por la empresa. Del Caracazo de 1989 conserva en la memoria
el desgarrador sonido de los lamentos permanentes de los pobres en las
calles, a quienes les mataron a sus parientes.
Maduro conoció a Hugo Chávez como la mayoría de los venezolanos: lo vio
en televisión cuando éste asumió su responsabilidad en el levantamiento
militar de 1992. Más de un año después, el 16 de diciembre de 1993, lo
conoció personalmente en la cárcel, junto a un grupo de trabajadores.
El teniente coronel le dio el nombre clandestino de Verde y lo responsabilizó
de diversas tareas conspirativas. Cuando Chávez salió libre, en 1994, Maduro
se volcó de tiempo completo a la organización del movimiento.
Maduro está casado con la abogada Cilia Flores, figura relevante del chavismo
y que ha ocupado cargos como Presidenta de la Asamblea Nacional, Vicepresidenta
del PSUV y Procuradora General de la República.
Escogido por Hugo Chávez como su heredero político, Nicolás Maduro enfrentó
el 14 de abril la prueba de las urnas, contienda de la cual salió victorioso
por voluntad popular, ahora tiene el reto de ser el nuevo conductor de
la Revolución Bolivariana y continuar el legado del Comandante Supremo
del proceso bolivariano.